Arazatí es una piedra en el zapato del FA.

El electo presidente Yamandú Orsi, se encuentra en un dilema. Si aprueba la obra de Arazatí, con cambios o sin ellos, decepcionará a muchos votantes que, sobre todo en San José, lo votaron porque el FA se pronunció en contra de la obra del proyecto Neptuno en Arazatí. Si rechaza la obra, asumirá la responsabilidad ante otro déficit hídrico de las proporciones que tuvo el país con la sequía histórica que secó las fuentes de agua para potabilizar y suministrar a la población.

Orsi ya ha declarado que «no es prioridad», «la prioridad es Casupá» y que «hay que hacer las cosas bien».

Los funcionarios de OSE en torno al sindicato FFOSE, también se ha pronunciado en contra. Su presidente, Carlos Larrosa, ha dicho: «el proyecto fracasó socialmente», «todo San José está en contra», «no es prioridad» y «el agua será de peor calidad, tendrá sal y cianobacterias». Este sindicato se había opuesto desde el principio al proyecto, primero por ser una  propuesta de privados, también por los costos que consideran excesivos y luego por razones ambientales. Hicieron manifestaciones de oposición y llegaron a encender bombas de humo en el exterior y en el interior del edificio de OSE en Montevideo, lo que dio lugar a instancias en sede judicial y administrativa.

El presidente del Consorcio adjudicatario de la obra, Alejandro Ruibal  sostiene que la misma «es necesaria, así como también lo es Casupá». Agrega que  «70 mil personas en Ciudad del Plata, tendrán garantía de suministro de agua potable». Y expresó que se trata de un caño subterráneo y que «nada se verá en la playa de Arazatí».

El senador electo, Andrés Ojeda se pronunció «de acuerdo con Arazatí y también con Casupá, sin que deban sopesarse las paternidades del proyecto», «son complementarios y se necesitan los dos».

Para el Presidente Lacalle Pou le obra «es beneficiosa», «crea fuentes laborales y es garantía de suministro de agua potable a miles de usuarios que se beneficiarán». Expresó que «el gobierno no va a poner freno de mano», va a seguir para adelante con un proyecto que es «perfectible, buscando un acuerdo» y concluyó, metiendo presión a la decisión de Orsi, «no quiero que con otra sequía como la que tuvimos, me culpen a mi y ni al nuevo gobierno».

La piedra en el zapato, en este tema, la tiene Orsi, cuya opinión será decisiva en el futuro de este proyecto, que debería ejecutarse durante su mandato. Y si se confirma que el futuro ministro de Ambiente será el senador electo Edgardo Ortuño, que como director de OSE por el FA, fue el principal vocero de la oposición al proyecto, es previsible cuál será la decisión de Orsi al respecto.