Cada 30 segundos una persona muere en el mundo por complicaciones relacionadas con la hepatitis crónica. El lema del Día Mundial de la Hepatitis 2025 fue conocer la enfermedad, combatirla y eliminarla de acá a 2030 para prevenir muertes y cáncer de hígado.
Los virus de las hepatitis A,B, C, D y E pueden causar infección y posterior inflamación del hígado y pueden producir enfermedades graves, incluso cáncer de hígado o la muerte. Las personas que contraen el virus de la hepatitis A y E casi siempre se recuperan y no necesitan tratamiento.
La OMS informa que hay vacunas, tratamientos curativos y herramientas de eficacia comprobada.
La prevención es la barrera principal en la actualidad y se recomienda: lavado de manos regularmente, vacunarse contra la hepatitis A y B, tener prácticas sexuales seguras con el uso de preservativos pues la hepatitis B se contagia fácilmente a través de la actividad sexual, no compartir jeringas ni agujas, buscar una detección temprana de la enfermedad con la consulta médica y manteniéndose alerta de los síntomas y reducir o eliminar el consumo de alcohol.
La hepatitis puede ser asintomática pero los síntomas más frecuentes son: fiebre, náuseas, vómitos, dolor abdominal, erupciones cutáneas, pérdida de apetito e ictericia o color amarillo de la piel.