«Desastroso, lamentable» fueron algunas de las palabras que resonaron en redes sociales y en todo Uruguay tras la inesperada goleada 5-1 que Estados Unidos le propinó a la selección uruguaya, un duro golpe que siembra dudas sobre la continuidad del entrenador Marcelo Bielsa a solo siete meses del inicio del Mundial.
El martes, Tampa se convirtió en el escenario de la peor derrota de una selección uruguaya absoluta frente a un equipo de la Concacaf. Nada funcionó para el equipo de Bielsa, quien asumió toda la «responsabilidad» por una goleada que profundizó la crisis de juego y falta de gol que su equipo arrastra desde la Copa América 2024.
«De ninguna manera los mejores jugadores uruguayos pueden perder un partido contra el grupo secundario de Estados Unidos», declaró Bielsa tras el encuentro. «Este no es un problema de jugadores, es un problema de utilización y de gestión».
Si el empate a cero ante México el sábado había encendido las alarmas, la paliza ante Estados Unidos puso de cabeza al bicampeón mundial (1930-1950). Uruguay fue superado por el argentino Mauricio Pochettino, entrenador de un equipo estadounidense que no contó con Christian Pulisic ni con varias de sus principales figuras.
La derrota dejó en el aire la pregunta: ¿Bielsa tiene margen para seguir dirigiendo a Uruguay? Jorge Giordano, director de selecciones nacionales de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), afirmó que sí. «Está dolorido por el resultado, nos pegó fuerte, pero hay que recomponer y seguir adelante», comentó a la cadena DSports.
Más allá de la debacle en Tampa, la selección de Bielsa enfrenta un año cargado de rumores sobre dificultades del entrenador para comunicarse con su plantel. Las dudas sobre el estilo peculiar y distante de Bielsa se reforzaron en 2024 cuando Luis Suárez habló de destratos hacia miembros del plantel y colaboradores. Suárez se retiró de la Celeste en septiembre de 2024 como máximo goleador histórico, seguido por Edinson Cavani, quien también se retiró tras no ser tenido en cuenta por Bielsa.
La derrota en Tampa ha vuelto a poner en portada el mar de fondo que vive la selección. Varios periodistas deportivos locales, como Diego Muñoz, consideran que «el quiebre es absoluto» entre el entrenador y los jugadores.
Giorgian De Arrascaeta, autor del único gol uruguayo ante Estados Unidos, fue cauto al terminar el duelo. «Vamos a necesitar mucha autocrítica, todos, principalmente como grupo. No es el momento de hablar mucho más después de un partido así, con la cabeza caliente», explicó. De Arrascaeta defendió que la selección pasa por un buen momento de convivencia y adelantó que para salir de la crisis el único camino es «enfrentarlo todos juntos».
Los jugadores partieron rumbo a sus clubes y la delegación, seguramente con Bielsa incluido, arribará el jueves a Montevideo. A partir de ese momento, la expectativa será máxima ante una posible reunión entre la dirigencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y el director técnico. El dilema que enfrentan es si mantener el ciclo de Bielsa, quien en su etapa inicial en 2023 logró victorias memorables ante el vigente campeón del mundo, Argentina, y ante Brasil, o si arriesgar un cambio de timonel a pocos meses del Mundial.
Mientras tanto, el mundo del fútbol dirige su mirada hacia Washington, donde el 5 de diciembre se definirá la suerte de los países clasificados en el sorteo de los grupos del Mundial Norteamérica 2026. La presión sobre Bielsa y la selección uruguaya es palpable, y el tiempo corre para encontrar soluciones antes de que el prestigioso torneo internacional dé inicio.
La situación actual plantea un desafío significativo para la Celeste, que deberá trabajar arduamente para superar la crisis y recuperar la confianza tanto del público como de los propios jugadores. La próxima reunión entre la AUF y Bielsa será crucial para determinar el futuro del equipo y su preparación para el Mundial, un evento que promete ser una prueba de fuego para todos los involucrados.

