Edmundo González (75), el ganador de las elecciones de Venezuela que el dictador Nicolás Maduro (61) desconoce y persigue, desde su exilio en España, hizo un video para denunciar la nulidad por vicio del consentimiento del documento que, bajo extorsión y chantaje de personeros del régimen venezolano, le hicieron firmar, en la Embajada de España donde estaba asilado, como condición para permitirle su salida del país para refugiarse en España, cuando se le pretendía encarcelar por motivos políticos.
Edmundo González denunció que a la sede diplomática española se presentaron el Presidente de la Asamblea Nacional Jorge Rodríguez (58) y su hermana, la Vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez (55), para exigirle como condición para autorizarle la salida del país que firmaran un documento reconociendo, bajo coacción, a Maduro como ganador de las elecciones de julio para el mandato 2025-2031.
Dijo que entendió que «era más útil libre que encerrado» para, junto con la otra líder opositora, María Corina Machado que valientemente permanece en Venezuela pese a estar perseguida por el régimen, «cumplir con el mandato de los que me votaron» a quienes «no voy a traicionar».
«No nos van a callar» dijo González. «La verdad es lo que está en las actas de escrutinio que deberían haberse divulgado» por Maduro y no lo hizo. » No van a callar a un país que ya habló» expresó y agregó que «millones de venezolanos tienen voluntad de cambio» y él va a cumplir con ese mandato. La Corte Interamericana y todos los países democráticos respaldan la voluntad soberana del pueblo venezolano.
Las actas de escrutinio, cuyas copias tienen los seguidores de Edmundo González, firmadas y recogidas de las mesas electorales el día de la elección, que publicaron en internet y que lo dan ganador por más del 65% de los votos, son la garantía del respeto a la decisión de la soberanía popular. En nuestro país sabemos del valor probatorio y de la importancia como garantía que tienen las actas de escrutinio con resultados general y particular, mesa por mesa y de cada partido y sector de partido. Esa fue la mayor garantía que se otorgó a los partidos políticos cuando durante la dictadura se realizó el plebiscito de 1980 que impulsaba y que no prosperó, así como las elecciones internas de los partidos de 1982 y las elecciones nacionales para la salida democrática de 1984. Y hoy continúan siendo indiscutiblemente una garantía democrática de transparencia de las elecciones y de respeto de la voluntad popular. No haberlas mostrado en la elección de julio de 2024 por el régimen venezolano, prueba el fraude que cometieron y el falseamiento del resultado en favor del oficialismo, que hoy nadie reconoce.